"He aquí, bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga;
por tanto, no menosprecies la corrección del Todopoderoso.
Porque él es quien hace la llaga, y él la vendará;
él hiere, y sus manos curan".
Job nos dice que cuando Dios envía aflicciones, lo hace para corregir, para construir y edificar, para perfeccionar y no para destruir. Eso es lo que quiere decir "la corrección del Todopoderoso".
Someter a Prueba Nuestra FE
1 Pedro 1:6-7 nos revela otro sentido de nuestras aflicciones por causa de Cristo:
"...aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo".
Dios quiere, si es necesario, que seamos afligidos en diversas pruebas, para someter a prueba nuestra fe. Ahora bien, con qué fin quiere Dios probar nuestra fe a través del sufrimiento. Santiago 1:2-3 nos responde esa pregunta.
"Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna"
La prueba de nuestra fe produce una de las virtudes de Cristo: paciencia. El Santo de Israel usa las aflicciones del creyente por causa de Cristo para producir una transformación en su vida. Esa transformación tiene como meta producir en la vida del creyente una semejanza con el estilo de vida de Cristo.
Job, subraya la importancia de confiar en los propósitos de Dios en medio del sufrimiento, aún cuando no sepamos cuáles sean éstos. El sufrimiento, como todas las demás experiencias humanas, está dirigido por la sabia soberanía de Dios. Al final, aprendemos que tal vez nunca sepamos la razón específica para nuestro sufrimiento, pero debemos confiar en nuestro Dios soberano.
Romanos 8:28 "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados."
En su providencia, Dios orquesta cada evento en nuestras vidas – aún el sufrimiento, la tentación y el pecado – para llevar a cabo nuestro beneficio tanto temporal como eterno.
El sufrimiento según la Biblia es la motivación para quitar la vista de las cosas temporales para poder ver realidades eternas (Fil 3:8). Ciertamente parte del sufrimiento es causado por el pecado existente en el mundo desde la caída del hombre, pero otra parte no está relacionado al pasado, sino que podría servir para refinar a los hijos de Dios.
He aquí una lista de motivos según los cuales Dios estaría permitiendo el sufrimiento en nuestras vidas:
1 - Con el sufrimiento Dios atrae nuestra atención: no deberíamos esperar al sufrimiento para volver los ojos a Dios, pero cuando todo va bien, pocos somos capaces de entender que es Dios quien merece el mérito y no nosotros. Generalmente sólo cuando las cosas salen mal y las cargas de este mundo nos agobian, es que volvemos los ojos hacia el Creador.
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.(Mat 11:28)
2 - El sufrimiento nos asegura que Dios nos ama: Todo padre entiende que los castigos impuestos a los hijos son para su propio bien. Heb 12:6-7 Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?
3 - Mediante el sufrimiento Dios conquista nuestro orgullo: Él trata de moldear en nosotros un carácter a la imagen de Jesús y es el orgullo lo que normalmente cuesta más trabajo doblegar. El sufrimiento es a veces la única opción que le dejamos a Dios. San 4:6-7 Pero él da mayor gracia. Por esto dice: "Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes". Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
4 - El sufrimiento nos recuerda nuestras debilidades y esto nos hace fuertes: Esto puede ser difícil de comprender para quien está acostumbrado a ver sólo lo terrenal, pero debemos recordar que los caminos de Dios son distintos. Jesús no llegó a salvar con espadas de hierro, sino con humildad, actitud de servicio y sacrificio. 2 Cor 12:7-10 Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltara, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor que lo quite de mí. Y me ha dicho: “Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad”. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en insultos, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
5 - Por medio del sufrimiento Dios purifica nuestra fe: Así como el fuego ayuda a probar y a purificar los metales preciosos, el sufrimiento lo hace con la fe. ¿Qué tan fuerte es aquella fe que ha resistido los más duros embates, comparada con aquella que se derrumbó ante la primera prueba? 1 Pe 1:6-7 Por lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que, sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro (el cual, aunque perecedero, se prueba con fuego), sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo.
6 - Con el sufrimiento Dios prueba nuestra obra: La obra que no permanece luego de cierto sufrimiento, muy probablemente está basada en fuerzas, emociones o valores humanos. Dichas obras tienen límites humanos y no pueden ser de utilidad para un plan que trasciende a lo eterno. 1 Cor 3:13 La obra de cada uno se hará manifiesta, porque el día la pondrá al descubierto, pues por el fuego será revelada. La obra de cada uno, sea la que sea, el fuego la probará.
7- Con el sufrimiento Dios escoge nuestras amistades: Mucha gente se agolpa alrededor de la gente que prospera y tiene recursos para repartir, pero sólo los verdaderos amigos se mantienen cuando una desgracia sobreviene. Pro 17:17 En todo tiempo ama el amigo y es como un hermano en tiempo de angustia.
8- El sufrimiento nos capacita para consolar a otros: Quienes han sobrellevado una fuerte crisis están mejor capacitados para comprender a quienes les toca pasar por una situación semejante. 2 Cor 1:3-5 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios. Así como abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario