A veces el hablar por demás es causa de problemas, en muchas ocasiones
no es necesario hablar, pero se termina hablando y causando problemas; pero ahora
como Cristianos debemos refrenar nuestra lengua cuando sea conveniente, hay
comentarios, hay palabras que no son necesarias pronunciarlas.
Como Cristianos no
podemos seguir hablando y respondiendo impulsivamente, debemos examinar muy
bien nuestras palabras antes de pronunciarlas, pensar lo que vamos a decir y
que consecuencias pueden provocar nuestras palabras, no podemos excusarnos
diciendo: “Es que lo dije sin pensar”, eso era antes, ahora debemos pensar lo
que vamos a decir.
Si realmente
queremos vivir en armonía, entonces refrenemos nuestra lengua de hablar mal, a
veces es mejor quedarte callado cuando no hay nada bueno de que hablar, en ocasiones
nos será muy difícil, pero de eso trata la vida cristiana, de
negarnos a nosotros mismos y a hacer la voluntad de Dios.
Has conmigo esta oración:
“Dios mío, te amo
con todo mi corazón, anhelo cada día hacer tu voluntad y ser agradable a ti,
reconozco que solo tú tienes el poder sobrenatural de transformar mi vida, tu
mejor que nadie conoces mi corazón y las intenciones que hay en él, en este día
en especial quiero pedirte que me ayudes a refrenar mi lengua, que traigas a mi
mente y mi corazón el sentir y pensamiento de quedarme callado en las ocasiones
en donde mis palabras puedan dañar o en donde mis palabras puedan provocar un
mal.
Ayúdame a mejorar
mi vocabulario, que mis palabras lejos de ser azotes sean como algodón, que
edifiquen y que ayuden, llena mi boca de sabiduría y que hable tus palabras. Crea
el habito de refrenar mi lengua de decir mal, ayúdame tu, sin ti no puedo, pero
contigo sé que soy más que vencedor.
Gracias Señor, porque
sé que me ayudaras, porque sé que nunca niegas tu ayuda a un corazón sincero y
necesitado. Gracias mi Señor en el Nombre de Jesús, Amen”.
Dios te continúe bendiciendo - Posted by Jaime Almestica Ortiz
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