A través de
la vida de José hijo de Jacob se aprenden muchas cosas, buena parte de las experiencias de José fueron difíciles, sus hermanos lo traicionaron, e intentaron matarlo, fue
esclavo en casa de Potifar, estuvo en la cárcel, etc. pero vemos también que el
Señor lo protegió y lo prospero maravillosamente y que todas estas circunstancias lo
llevaron al cumplimiento del plan de Dios en su vida.
Vemos que José es llevado de la comodidad
familiar a una cisterna sin agua. José tenía
diecisiete años, era el hijo consentido por Jacob. José empezaba un camino
en el que encontraría obstáculos, decepciones, dolor, esclavitud, injusticias,
entre otros; pero, todas estas circunstancias estaban organizadas por Dios para llevar a José al destino que el Señor había preparado para él.
José sale de la casa de Potifar y va a la cárcel (por una “injusticia”), pero Dios estaba con
José y lo cubrió con Su protección y misericordia, y por eso halló gracia a los
ojos del jefe de la cárcel, y éste entregó en las manos de José el cuidado de
todos los que estaban allí en prisión.
Pero José hijo de Jacob estaba
siendo entrenado por Dios mismo a través de todas éstas circunstancias para
administrar luego el imperio egipcio, aunque José no entendía lo que estaba
pasando.
Dios es soberano y actúa de maneras diferentes, muchas veces incomprensibles para nuestra mente, Él es quien cambia todas las cosas, y nos lleva paso a paso hacia el destino que él ha preparado para nosotros.
Dios es soberano y actúa de maneras diferentes, muchas veces incomprensibles para nuestra mente, Él es quien cambia todas las cosas, y nos lleva paso a paso hacia el destino que él ha preparado para nosotros.
José estaba en tierra extranjera, solo, sin familia, pero se guardó para
su Dios, no se enojó, ni murmuró, no levantó su boca contra el cielo, se
comportó con temor de Dios, y confió en la bondad del Señor y Dios no lo
decepcionó. Por eso puedes confiar en Dios. Dios cumplirá sus promesas en ti.
(Escrito
por Pastor Gonzalo Sanabria)
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