"Si fuéremos infieles, él permanece
fiel; él no puede negarse a sí mismo."
Este verso corresponde a la segunda carta del apóstol Pablo a Timoteo,
verso 2:13. Si leemos el verso anterior:
"Si sufrimos, también reinaremos
con él; Si le negáremos, él
también nos negará. " 2Ti 2:12
El verso 12 y el 13 parecen contradecirse. En el 12 se nos advierte
que si le negamos, él nos
negará, mientras que el 13 nos dice que “Si
fuéremos infieles, él permanece fiel”. ¿Se contradice el autor de la
epístola? De ninguna manera. Más bien desarrolla el concepto del amor compasivo
de Dios.
Veamos como ejemplo un caso donde ocurre una negación de Jesucristo. El
evangelio de Mateo nos narra como Pedro, muy cercano a Cristo recibe una gran
revelación del Espíritu Santo:
“Viniendo Jesús a la región de Cesarea de
Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el
Hijo del Hombre? Ellos dijeron: Unos,
Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los
profetas. Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo
Simón Pedro, dijo: Tú eres Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le respondió
Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló
carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo también te digo, que tú eres
Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no
prevalecerán contra ella.” Mat.
16:13-18
Sin embargo ese mismo Pedro es reprendido más adelante por Jesús, según
no narra el evangelista Mateo:
“Desde entonces comenzó Jesús a
declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho
de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto,
y resucitar al tercer día. Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a
reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te
acontezca. Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí,
Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios,
sino en las de los hombres.” Mat. 16:21-23
No solamente Pedro fue usado por Satanás, sino que vemos como negó
a Cristo cuando este fue tomado preso:
“Pedro estaba sentado fuera en el
patio; y se le acercó una criada, diciendo: Tú también estabas con Jesús el galileo. Mas él negó
delante de todos, diciendo: No sé lo
que dice Saliendo él a la puerta, le vio otra, y dijo a los que
estaban allí: También éste estaba con Jesús el nazareno. Pero
él negó otra vez con juramento: No
conozco al hombre. Un poco después, acercándose los que por allí
estaban, dijeron a Pedro: Verdaderamente también tú eres de ellos, porque aun
tu manera de hablar te descubre. Entonces él comenzó a maldecir, y a jurar: No conozco al hombre. Y en seguida cantó el gallo.”
Mat. 26:69-74
Sobre negarle, Cristo mismo dijo sobre los que lo hicieran:
“A cualquiera, pues, que me confiese delante
de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los
cielos. Y a cualquiera que me niegue
delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en
los cielos" Mat 10:32-33
En el pasaje de 2da de Timoteo, el apóstol Pablo nos hace una
fuerte advertencia sobre negar a Cristo:
“Si sufrimos, también
reinaremos con él; Si le
negáremos, él también nos negará.”
¿Significa que Pedro seria negado por Jesucristo? ¿Estaría su alma
perdida por su negación de Cristo? ¿Se perdería el alma de aquel que había
recibido la revelación de que Jesús era el Cristo?
El verso 13 de la segunda carta de Pablo a Timoteo, nos trae más luz
sobre esto.
“Si fuéremos infieles, él
permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo.” 2da
Tim. 2:13
A pesar de la advertencia de que si le negamos, él nos negará, hay
una esperanza para aquellos que le hayan negado; Tendrán perdón si se
arrepienten. En el caso de
Pedro, sabemos que al oír al gallo cantar, “lloró amargamente.”(Se arrepintió) “Entonces Pedro se acordó de las palabras de Jesús, que le había dicho:
Antes que cante el gallo, me negarás tres veces. Y saliendo fuera, lloró
amargamente.” Mat. 26:75
Volviendo al pasaje de la carta a Timoteo, “Si fuéremos infieles, él permanece fiel; quiere decir que no
hay límites para la compasión divina. “El
no puede negarse a sí mismo” significa que Dios no puede ser
diferente a lo que es. Su infinita compasión es parte de su naturaleza y Dios
no cambia. Dios es amor y no puede dejar de serlo. Aún el pecado de negar a
Jesucristo es perdonado cuando nos arrepentimos, porque Dios no deja de ser
amoroso y compasivo (fiel) cuando le fallamos. (somos infieles)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario