Yo los llevaré a mi santo monte, y los recrearé en mi
casa de oración;
Sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi
altar;
Porque mi casa será llamada casa de oración para todos
los pueblos. (Isaías 56:7)
Dios nos
dice en el pasaje de hoy: Yo los llevaré
a mi santo monte, y los recrearé en mi casa de oración.
En La Oración
podemos esperar un tiempo agradable, lleno de gozo y de paz, un tiempo en el
que podemos deshacernos de todas nuestras cargas y preocupaciones y
regocijarnos en la presencia de nuestro Padre celestial, así lo expresa David
en el Salmo 16:11:
“En tu presencia hay
plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre”
¡Qué
experiencia tan preciosa la del salmista!
Muchas
personas oran solamente cuando les sobra tiempo, cuando están en una situación
muy difícil, cuando están pasando por
tribulación o prueba, pero la palabra de Dios nos dice en 1
Tesalonicenses 5:17 Oren en todo momento.
- La
oración es el medio que Dios nos ha dado para que nos comuniquemos con él.
- A
través de la oración le adoramos, le alabamos, traemos a él nuestras cargas y
problemas y nuestras necesidades de todo tipo, pero sobretodo le vamos
conociendo y estableciendo esa relación que desde el principio de la creación
nuestro Padre celestial ha deseado tener con sus hijos.
- Al
buscar a Dios en oración podemos experimentar su presencia inefable que llena
nuestra vida con amor, paz, armonía y gozo.
- Es una
experiencia preciosa que no es fácil describir, es necesario experimentarla
individualmente.
- Cuando
estamos orando a solas llega un momento en que el Espíritu Santo nos envuelve y
una paz extraordinaria que “sobrepasa todo entendimiento” inunda todo nuestro
ser.
Cuando
se crea el hábito de buscar a Dios diariamente, comenzamos a sentir un
verdadero placer que nos lleva ante la misma presencia de Dios, y allí con toda
confianza compartimos con él nuestros problemas. David solía levantarse muy
temprano a buscar el rostro del Señor. En el Salmo 63:1 él clama:
“Dios, Dios mío eres
tú; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela…”
Esa sed
a la que él se refiere es un intenso deseo, una necesidad espiritual de estar
cerca de Dios. Y en el Salmo 37:4 él comparte con nosotros la experiencia de
deleitarse en ese tiempo de comunión:
"Deléitate
asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón"
La
oración es un privilegio increíble de hablar con el Dios todopoderoso, el
Creador del Universo, aquel que tanto nos ama que sacrificó a su único hijo por
nuestra salvación y que desea tener una relación mutua de amor con nosotros.
Realmente deberíamos estar ansiosos esperando el momento de pasar un rato con
él. Lamentable e inexplicablemente no es así para muchos.
Comienza
a buscar a Dios en oración como nunca antes y experimentarás su hermosa
presencia y la paz y el gozo del Espíritu Santo. Deléitate en tu tiempo de
oración, y recibirás bendiciones como nunca antes has recibido.
ORACIÓN:
Padre
amado, dame discernimiento espiritual para poder entender la magnitud del
privilegio de poder establecer una relación contigo.
Te pido
que pongas en mi corazón un deseo apasionado de buscar tu rostro en oración
para deleitarme en ti cada día de mi vida.
Te lo
pido en el nombre de Jesús, Amén.
“Gracia
y Paz”
Dios te
Habla
No hay comentarios.:
Publicar un comentario