Hace
mucho tiempo, un hombre regresaba a su casa después de disfrutar una reunión
con algunos amigos. Mientras caminaba revivía en su imaginación los agradables
momentos que había disfrutado, también se imaginaba la alegría que iluminaría
el rostro de su esposa y de sus hijos cuando vieran los presentes que les
llevaba, los cuales venían envueltos dentro de una gran maleta.
De
pronto comenzó a llover, y el hombre se empapó hasta los huesos. Estaba molesto.
¿Por qué le sucedía esto justamente a él y en ese mismo momento?
Mientras
continuaba quejándose de su mala fortuna, desde unos arbustos de junto al
camino saltó un ladrón con el revólver desenfundado, pálido de terror, el
campesino oyó el ¡clic! del percutor cuando el bandido preparó el arma… Pero no
hubo disparo. Algo sucedió. Sin perder un momento, el hombre arranco a correr
perdiendo de vista al ladrón.
¡Qué
necio he sido pensó. “Me quejé de que la lluvia estaba arruinando mi viaje a
casa. Pero si la lluvia no hubiera humedecido la pólvora del arma del ladrón,
yo habría sido muerto. Nunca hubiera llegado a casa para reunirme con mi
familia”.
Cuán a
menudo nuestros lamentos se tornarían en alabanzas si pudiéramos ver que algunos
amargos acontecimientos son realmente una bendición disfrazada. Cesarían
nuestras murmuraciones tontas.
Pero los
que confían en Dios no deben preocuparse por los sinsabores que la vida le brinda.
Su FE debe descansar en las promesas que Dios ha hecho para nosotros. Dios es
lo suficientemente poderoso para convertir nuestros problemas y nuestras
derrotas en las victorias más increíbles del mundo. Donde sólo vemos oscuridad,
Dios ve el sol de mediodía.
Mañana puede
ser muy tarde para decir que amas,
Mañana
puede ser muy tarde para decir que perdonas,
Para
decir que disculpas,
Para
decir que quieres intentar nuevamente.
Como
dice un viejo refrán: ¡No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy!
No
esperes a que sea tarde para decir me equivoque.
Mañana
puede ser tarde para abrir tu corazón y recibir a Dios.
Lo que
tenga que hacer hazlo hoy.....
“La
misma esperanza deja de ser felicidad cuando va acompañada de la impaciencia.”
Una
persona con actitud positiva tiene presente lo siguiente: No eligió las
circunstancias que le tocó vivir, pero si eligió cual actitud manifestar. Se
esfuerza por desarrollar una actitud positiva y no soltarla. Sus acciones están
determinadas por su actitud. La actitud de su gente o entorno es un reflejo de
la suya. “Dios decide por lo que vamos a pasar. Nosotros decidimos como lo
vamos a pasar”. Es tu decisión como decidas pasar el día de hoy, es tu decisión
si decides confiar en Dios para todos los asuntos de la vida.
BENDICIONES.
Fuente: http://pastrian7mensajespositivos.blogspot.com.ar/2012/02/en-tiempos-dificiles-dios-toma-el.html
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